Admiro a aquellas personas que pueden manejar sus vidas de la manera mas independiente. No necesitan la aprobación de nadie, tampoco pareciera que les afectara la falta de compañía o amor. Son felices consigo mismos, corriendo entre sus propias tareas. Los admiro porque en definitiva, soy una mujer a la que le cuesta aceptar cada noche que vive llena de vacíos, una chica a la que cada noche añora sentir que puede sonreír espontáneamente por causa de alguien más. Aun cuando trato de ponerme mil actividades por delante siempre llega ese instante en el día, la noche generalmente, en que me cuestiono sobre por qué no puedo lograr mantenerme junto a alguien. Me juzgo, pero también me doy aliento porque sé que tengo un aura que aun en medio de tantas tristezas, brilla, y que puede relucir en el día con una linda sonrisa de vuelta a quien me brinde la suya.
Tengo en mi pecho el vacío de un amor no correspondido, una amistad rota, el desanhelo de un amor fraternal. Cargo en mi mente las veces que me han mandado al carajo, y tambien las estúpidas veces que perdoné., los deseos de estar muerta por parte de mi padre, el cansancio que siente estando conmigo.
De tantas lágrimas derramadas se seca mi cuerpo y mi alma muere de sed.
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