Leí en una novela alguna vez que la felicidad es un estado de la mente, "dedícale 5 minutos al día a sonreír y después de un tiempo surgirá naturalmente"- decía, pero y qué ocurre si aún cuando pasemos la mayoría del día sonriendo e intentando olvidar todo y alejarnos de los recuerdos que causan dolor, siempre llega un lapso de tu día generalmente cuando estás solo, de manera nocturna y sin que nadie pueda repararnos, en el que recaes y empiezas a evocar recuerdos, es allí donde lejos de saber qué hacer o pensar, busco distracción en mi cuarto. Supongo que nadie quiere vivir lamentándose siempre por recuerdos, pero no es lamentarse es aferrarse a ellos, y por qué hacerlo si han quedado en el pasado? Por la simple y sencilla razón de que si las cosas así como pasan con el tiempo se olvidaran, se consideraría que no fueron lo suficientemente importantes. Aparte es bueno siempre tener un punto de referencia y creer de manera ingenua que algún acontecer siguiente en tu vida podrá ser mejor que el anterior, pero para poder saber que será lo suficientemente bueno, debemos guardar los pasados que merecidamente dejan huella.
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