viernes, 9 de diciembre de 2011

Días raros


Días como los de hoy, extraños, días sin alma; sí  como cuando amaneces y sientes la ausencia de ésta, y sabes que es así porque con ella se va tu yo interior, con ella se marchan las sonrisas, el brillo en tu mirada y la verdadera esencia de lo que te hace sensible, un vacío inunda tu interior, ahora no eres más que materia. Tus pasos te acompañan sin dirección alguna, tan solo la cruda rutina es lo que te mantiene en pie, ahí, como un robot activado.

Días en los que, al parecer crees sentir mil cosas y a la vez no, todo y nada, la coherencia se escapa, y puedes ver como todo pasa a tu alrededor sin que muchos noten tu ausencia.

Quiero decirlo todo y a la vez nada, si tan solo en una sola palabra pudiera explicarlo todo y que notaran en un reflejo de mis ojos todas esas imágenes que se hacinan en mi cabeza y me abruman,  y lo peor, los silenciosos vacios que dicen más que mil palabras. Palabras que dicen poco, silencios que dicen mucho.

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